22 de noviembre de 2010

¡Ya lo decía yo!

Ya lo decía yo, que lo de la bicicleta no podía ser bueno. Un periódico americano está hablando mucho últimamente de la relación entre ir en bicicleta varias horas y problemas de impotencia. The Journal of Sexual Medicine ha publicado una serie de artículos científicos bien documentados al respecto. El peso de una persona concentrada en el perineo y los múltiples baches dañan delicados vasos sanguíneos imprescindibles para la función sexual. No estamos diseñados para permanecer sentados sobre esta delicada y sensible zona, y menos aún para recibir baches. Se considera que hay riesgo a partir de más de una hora de bicicleta a la semana, con más riesgo cuantos más baches. Os ahorro las descripciones más crudas de las consecuencias del ciclismo y os dejo con una cita:

“Hay dos tipos de ciclistas, los que son impotentes y los que lo serán”


Así de contundente se muestra el Dr.Irwin Goldstein, urólogo que empezó a estudiar el tema en 1997. Y, aunque menos estudiado, hay indicios de que las disfunciones sexuales también afecta a las mujeres. Los vasos sanguíneos del perineo son igual de importantes para la excitación en la mujer como en el hombre.

¿Las recomendaciones? Limitar el tiempo sobre la bicicleta, sentarse lo más vertical posible y, aún por demostrar, usar asientos anchos, similares al asiento de una silla, para no concentrar el peso en el perineo. Como los de aquí abajo. Comodísimo todo ello.


Los trásfugas del triatlón quedáis avisados.

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