7 de octubre de 2010

¡Cuenta conmigo!

Ayer estuve hablando con un pobre anciano, con más de 70 años a sus espaldas que me decía lo siguiente:

"Soy hijo de exiliados, y hasta poco antes de la transición no pude volver a España por culpa de Franco. ¡Si a mi padre, pobrecito, no sabíamos ni dónde enterrarlo! Y además mi pobre madre, media vida en silla de ruedas ...

Ahora tengo 70 años y hace pocos meses me sacaron el 30 % de un pulmón.

Mi mujer es emigrante y tengo tres hijos con ella. De los tres sólo trabaja una, la del medio,... pero no cobra nada. La mayor se acaba de divorciar. Mi yerno era un poco vividor y la ha dejado con dos niños. El pequeño de mis hijos aún no se ha ido de casa y además se ha casado con una divorciada y la ha traído a vivir con nosotros. Esa señora antes trabajaba y ganaba un buen sueldo, pero desde que vino a mi casa ya no hace nada y ahora tienen dos niñas que también viven bajo nuestro techo.

Todos, incluidos los nietos, viven de mi asignación.

Y para colmo este año, con lo de la crísis, casi no nos hemos podido ir de vacaciones y encima... ni he podido celebrar que España ha ganado el Mundial."


Las lágrimas estaban a punto de saltárseme de los ojos cuando le dije:

"Majestad, jamás hubiera pensado que su situación fuera tan precaria, pero cuente conmigo para lo que pudiere necesitar"

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