Veinte años ya de Club. Quién nos iba a decir dónde íbamos a llegar. Quisimos hacernos un Club a nuestra medida y poco a poco se nos ha ido quedando pequeño (o grande, vete tú a saber). Parece mentira la cantidad de gente que hay con problemas psicológicos que les inducen a correr cuanto más lejos y más solos mejor, probablemente debido a una falta de afectividad cuando eran pequeños (aunque algunos lo siguen siendo). De hecho ya somos más de doscientos ¡y sólo en nuestro Club!
PRIMERA EQUIPACIÓN DEL CLUB .... ¡FINA Y ELEGANTE!
Y cómo se corre en estos tiempos. Los que nos creíamos casi medio superhombres porque corríamos un par de maratones al año estamos siendo desbordados y avergonzados por una generación de ultrafondistas a los que es casi imposible no sólo seguir, sino tan siquiera ver, o bien por estar lejos o bien por estar de perfil, más fino y escurrido que la lista de afiliados a Ciudadanos.
Está visto que no hay manera de ponernos de acuerdo ni en distancias, ni en ritmos ni en recorridos a no ser que haya un almuerzo al final de la ruta. Pero ¿qué se puede esperar de un Club que empezó su andadura con una agria polémica? Hasta ahora ha sido un secreto férreamente guardado, pero hay que decirlo públicamente y lo diré: en la reunión fundacional del Club hubo una grave discrepancia que terminó con una violenta discusión que a punto estuvo de echar al traste su nacimiento. Y la discusión ha seguido hasta el día de hoy sin visos de solución. Es triste, pero hay que reconocerlo: no hemos podido ponernos de acuerdo sobre el mejor método de hidratación, si con vino o con cerveza.
(Los cuatro de la izquierda eran más de vino y los cuatro de la derecha de cerveza. El del fondo le pegaba a las dos cosas y no se pudo forzar el desempate)
Y eso que en la citada fecha fundacional cada cual demostró la eficacia de su método hasta extremos yo diría que vergonzosos a la par que patéticos. Pero no hubo consenso, como no lo hay en la forma de entrenar.
Estoy convencido de que se trata
de un problema de cambio generacional y por ello deben de tener razón los que
no opinan como yo. Ya se sabe que cada nueva generación tiene objetivos
distintos, está en posesión de la verdad, y además es más joven que la anterior (aunque esto no dure mucho
tiempo) Pero a pesar de todo no llego a comprender la forma de entender este deporte por parte de una gran parte parte de los compañeros, empezando por el nombre: primero fue el jogging, luego el footing y ahora el running. Algún día volveremos por fin a correr.
PRIMERA EQUIPACIÓN NARANJA
No le veo sentido a realizar a ciertas edades violentos
y a veces patéticos esfuerzos en técnicas, series, registro de tiempos y pulsos,
regímenes y privaciones alimenticias, etcétera, etcétera, para al final
presentarte en un maratón y conseguir terminar a hora y media del primero en vez de a dos horas cómo venías acabando habitualmente.
Y ese afán por correr todos los
domingos alguna carrera de pueblo. Me recuerda los tiempos del hambre y las
carreras de pollos que se celebraban por las aldeas de mi tierra. Se organizaba
una carrera, pongamos a seis vueltas. Al que pasaba primero en cada una de
ellas se le regalaba un pollo (vivo) y al ganador se le obsequiaba con otros
dos.
Yo conocí a un tal Lucas que prácticamente comía de ello: daba una primera vuelta a tope, se ganaba el pollo, y luego se retiraba. Pero con el pollo y unas patatas ya tenía comida para media semana. Si por lo menos ahora la gente fuera a las carreras a por pollos lo entendería, pero es que van ..... ¡a por una camiseta! Hombre, lavároslas y no necesitaréis tantas, coño.
Yo conocí a un tal Lucas que prácticamente comía de ello: daba una primera vuelta a tope, se ganaba el pollo, y luego se retiraba. Pero con el pollo y unas patatas ya tenía comida para media semana. Si por lo menos ahora la gente fuera a las carreras a por pollos lo entendería, pero es que van ..... ¡a por una camiseta! Hombre, lavároslas y no necesitaréis tantas, coño.
Luego escuchas los comentarios
y alucinas:
- ¡Me quedé primero de mi
categoría!
- ¿Y cuantos corrían?
- Yo y otro que se retiró.
Lo cual origina un orgasmo de felicitaciones en las redes sociales. Algunos tienen móviles de plasma para verlas bien grandes. Jodo petaca. Antes éramos más de disfrutar que de competir, sobre todo en los entrenamientos. Si hay una verdad incuestionable en este deporte es que el que tiene facultades va deprisa aunque no entrene y los que no las tienen van despacio, Y si entrenan mucho también, y además se lesionan.
Lo cual origina un orgasmo de felicitaciones en las redes sociales. Algunos tienen móviles de plasma para verlas bien grandes. Jodo petaca. Antes éramos más de disfrutar que de competir, sobre todo en los entrenamientos. Si hay una verdad incuestionable en este deporte es que el que tiene facultades va deprisa aunque no entrene y los que no las tienen van despacio, Y si entrenan mucho también, y además se lesionan.
Y encima los entrenamientos ahora
son peor y más duros que una carrera. Sobran las nueve décimas partes del
ancho del camino porque corremos a tope y en fila india. Todos mirando el reloj y
cantando los ritmos: ¡vamos a 4:30!, ¡ya
estamos por debajo de 4! Y eso los pocos momentos en que abandonan el sabroso verdor del césped de las pistas. ¡Que tiempos aquellos en los que si mirábamos el reloj
era para no llegar tarde a tomar el vermú!
ENTRENAMIENTO X ANIVERSARIO DEL CLUB
Repito lo que dije al principio. Seguramente tengan razón y sea la forma más adecuada de entrenar. Mucho más completa. Mucho más científica. Mucho más lógica. Pero mucho más triste. No merece la pena sufrir tanto para ganarte la gloria de cuatro emoticonos en el Whatsapp. ¡Tristes, que sois unos tristes!
Espero que este domingo en la comida consigamos por fin ponernos de acuerdo, y así empecemos otros veinte años de correrías en armonía y paz. Bueno, tampoco demasiada armonía, que si no es muy aburrido.
¡Feliz aniversario a todos!
¡Y a todas!
CURIOSIDADES
A la desbandada por la Peña Hueva.