6 de mayo de 2012

FLOJOS DE PANTALÓN

Hoy no pensaba escribir nada ya que, como siempre, por un motivo o por otro, he terminado corriendo solo, y aunque esta vez haya sido por el otro motivo no tiene la menor importancia: la próxima será por el uno.

Así que al llegar a casa y mientras esperaba a mis chicas para invitarlas a comer, me he puesto a escuchar algo de Rosendo (que también es un lobo solitario, en su caso de Carabanchel). Lo primero que me ha salido por el MP4 ha sido ese tema titulado Flojos de Pantalón y que empieza más o menos así:

Surge la escena en un salón
niñas en promoción
momias poniendo precio
ambigüedad.
Alguien va presumiendo
discreción
flojos de pantalón
líderes del diseño novedad.


Esto (y no me preguntéis el porqué) me ha hecho recordar a un antiguo amigo, llamémosle Pepe, que hace unos 20 años corría con el equipo del Unión Guadalajara. El hacía el milquinientos y era un atleta de alto nivel, siempre en las finales del Campeonato de España y corriendo criteriums internacionales. La temporada de invierno la hacía que se salía, pero en cuanto empezaba el verano, Pepe y alguno más de cuyo nombre no quiero acordarme, se dedicaban a correr cualquier carrera de cualquier pueblo de cualquier provincia, en la que el premio fuera igual o superior a un pollo, vivo o muerto. La verdad es que se ganaban bastante bien la vida, pero cuando llegaban las grandes competiciones Pepe estaba ya algo perjudicado de tanta carrera.

Así que tomaba una estrategia que nunca le fallaba: salía siempre el primero y empezaba el primer ochocientos a ritmo de record del mundo. Luego, después de la segunda vuelta y al llegar al paso por meta para empezar la tercera, se agarraba la pierna y soltando un grito desgarrador, caía rodando por el suelo mientras continuaba con su escena de dolor. Así permanecía, hasta que terminaba la carrera, en cuyo momento y ayudado por tres o cuatro miembros de la Cruz Roja se levantaba y cojeando ostensiblemente se retiraba de la pista entre grandes ovaciones del público, que aplaudía su coraje sin saber que hubiera sido incapaz de alcanzar los mil metros a esa velocidad o a cualquier otra.

Me puse a buscar alguna foto suya, pero en su lugar di con esta:


¿A que parece el entrenamiento de cualquier domingo cuando alguien dice algo de subir alguna cuesta y todos huyen a la desbandada? Pues no. Se trata de la primera foto del Club que se publicó en Internet. Bueno no fue la primera. La primera fue esta:


la anterior fue publicada al día siguiente y sí que fue la primera de un entrenamiento del Club. Ese día subimos la Peña Hueva y la imagen corresponde al comienzo de la bajada por la parte de atrás buscando el camino que va a Iriépal, con frío, el suelo embarrado y un entusiasmo que, por lo que se ve, se ha ido perdiendo con el paso del tiempo.

Y ahora que lo pienso no sé si tiene esto algo que ver con lo que estaba contando de Pepe ni con la flojura de pantalón. Probablemente ni siquiera se me habría ocurrido escribir nada sobre el tema si no hubiera sido porque la siguiente canción de Rosendo en sonar ha sido esa que clama:

Paso un mal rato haciendo el pato y sin hablar
llegará mi oportunidad.
Y estoy aquí loco por incordiar, loco por incordiar.


Así que no lo he podido evitar. Lo siento. O a lo mejor no. Y gracias maese Rosendo por tu inspiración.

No se si estoy en lo cierto,
lo cierto es que estoy aquí ...


2 comentarios:

  1. Creo recordar que en aquellos años había quien sudaba corriendo. Y lo mal que olían. Me gusta más lo de ahora.

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  2. No nos vengas ahora con lo de "tiempos pasados fueron mejores", y a lo que se refieren es a Paquito el chocolatero. jejeje.

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