26 de septiembre de 2010

Peña Hueva y más.


Cuando me enteré de que Duri iba a correr hoy a Baides, pensé que nadie se animaría a subir a la Peña Hueva, pero al final de entre todos los de arriba, aún fuimos siete los atrevidos. Primero a Taracena, luego a por el agua que había en el puente de Tórtola, y al final a la cima, bebiendo también en la fuente que todavía mana agua fresquita. La vuelta la hicimos por detrás para coger el camino del malhuele. 19 kilómetros en total en un tiempo de 1h 44'.

Os podéis descargar la ruta para verla en el Google Earth (el que no lo tenga que lo busque que es gratis, y si no lo encuentra, que mire aquí.) El formato .kml es estático, y el .gpx dinámico.

- Recorrido Peña Hueva en .kml
- Recorrido Peña Hueva en .gpx

Por otro lado, sé que Maribel me va a llamar machista cuando lea esto, pero no me queda más remedio que decirlo:

¡Atención compañeros! ¡Las mujeres se están apoderando del Club! Ya están en la directiva, y no sólo han conseguido correr los domingos con nosotros, sino que ya casi son más numerosas. Y cuidado, que cualquier día hasta pretenderán correr más deprisa que Florian.


Y una vez dicho esto, mientras Maribel me prepara el sofá y la manta, volvamos al machismo. Lo contrario de machista sería hembrista, pero puesto que el termino correcto es feminista, yo como mucho sería masculinista. Tampoco estoy de acuerdo con la discriminación positiva. Debería ser negativa. Yo soy de ciencias y entiendo positivo por +, así que pienso que la interpretación correcta es: discriminación positiva = más discriminación.

Lo cual sólo es cierto referido a nosotros, que ya nacemos discriminados por la naturaleza. Solemos ser más grandes, por lo que quemamos más combustible y nos consumimos antes (ver si no quien va a los viajes del Inserso). Nacemos más tontos y no se nos pasa con la edad, como se demuestra viendo el porcentaje de titulados universitarios o el de opositores aprobados, en los que las mujeres son mayoría.

También en el plano sexual somos inferiores. Y no hablaré de resistencia, para qué. Me refiero al sexo en sí. Las mujeres lo tienen a buen recaudo y protegido, mientras que nosotros lo llevamos ahí en medio, colgando y expuesto a toda clase de peligros y adversidades. Hasta las propias denominaciones son discriminatorias. No pienso enumerarlas, pero imaginando que fueran títulos nobiliarios, a ver cual elegiríais: Marqués de Falopio o Duque de Pollas.

Además nos quedamos calvos antes. Ellas siempre tienen pensión, primero de divorcio y luego de viudedad. Tienen más categoría social: nosotros somos el marido y ellas la señora. Y así podríamos seguir enumerando hasta la saciedad. Pero a pesar de todo dicen que siempre es posible encontrar alguna que te pueda hacer feliz. (Por cierto que esta creencia es otra prueba inequívoca de nuestra congénita inferioridad intelectual).



Si feliz tú quieres ser
elige bien tu mujer.

Busca que sea hogareña
si entre tus muchas virtudes
está el tenerla pequeña,
pues si en llegar a casa es tarda
encontrará, no lo dudes,
a quien la tenga más larga.

Si feliz tú quieres ser
elige bien tu mujer.

Si un buen guiso te enamora
y mojar pan te apasiona
búscatela entre las gordas,
que con las delgadas digo
que al cabo de pocos meses
se os encogerá el ombligo.

Si feliz tú quieres ser
elige bien tu mujer.


No os será de mucha ayuda
que hable con gracia y soltura:
¡es mejor que sea muda!
Con la edad pierden la gracia
pero nunca la soltura
y eso es una gran desgracia.

O sea que:

Si feliz tú quieres ser
elige bien tu mujer,
para que cuando no puedas ya
con el sacar y meter
te quede lo del comer,
aunque tengas que aguantar
oir alguna verdad
a la hora de cenar.

Extraído de Los Cantares del Club Maratón
de Xuaquin Lafalz

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