Coaching

Casi tres meses sin escribir nada. Estoy descansado, libre por fin de todo compromiso y lleno de idéas y mala leche para continuar con estos comentarios. Me habría gustado hacerlo con alguna crítica (constructiva, de momento) a la Directiva. No sabéis como hecho de menos esos tiempos en los que me metía casi diariamente con Juan Antonio y la forma tan especial que tenía de agradecermelo.

Sí, todos necesitamos alguien que nos haga de espejo. Alguien que nos diga cuando nos equivocamos, cuando las mallas no nos sientan bien y vamos haciendo el ridículo, cuando hemos hecho un tiempo de puta pena, cuando hemos corrido como zulús en vez de como compañeros, cuando el viaje, la comida o la convocatoria han sido un desastre.

Si fuera posible necesitaríamos un espejo adelantado, es decir, que nos lo dijera antes de meter la pata, para no tenerla que sacar. Hoy, los que tienen dinero para pagárselo lo llaman Coaching, y los que no simplemente Cabrón.

Pero sí que necesitamos alguien fiel y sincero, al que le demos el poder de hacernos de espejo. Así que ya sabes, con perdón: PON UN CABRÓN EN TU VIDA

Pero dada la señalada fecha del próximo sábado, que me tiene ocupado en otros menesteres, me veo en la obligación de dejarlo para más adelante y empezar, por ejemplo agradeciendo a Iñaki los desvelos que se ha tomado para promocionar ese día. Gracias Iñaqui.


Y si me permitís una pequeña maldad, os invito a escuchar este temazo del grupo Ardor de Estómago, que forma parte de un CD editado con motivo de la IV Muestra de Música Joven patrocinada por el Ayuntamiento de Segovia, y que aúna dos de mis grandes aficiones: el rock y el amor a la monarquía. (Por cierto que me gustaría saber donde estaba el concejal del ramo cuando se decidieron los premios. Seguro que se lo han agradecido como se merece.)